Programación Neuro Lingüística: Úsala a tu favor
La Programación Neuro Lingüística o PNL, es una disciplina que surgió en los años 70 cuando dos investigadores, el matemático Richard Bandler y el lingüista John Grinder, comenzaron a estudiar las creencias, patrones de pensamiento y conductas que tenían en común las personas que destacaban como comunicadores o líderes, en cuanto a su capacidad de transmitir un mensaje e influir en las personas.
Su denominación resume los objetivos básicos de su estudio:
- Programación: los estados internos, las creencias y valores de cada persona, cual es su “modelo del mundo”, y los pasos que toman para obtener determinados resultados. La PNL asume que en cierta medida, cada persona puede modificar su programación, no sin esfuerzo.
- Neuro: la forma en que cada persona procesa la información, al privilegiar algunos sentidos sobre otros (vista, oído, tacto,…), o cierto tipo de información sobre otra; los filtros que aplica, cual es su manera de entender el mundo, o dicho de otro modo, de traducir sus vivencias en procesos mentales.
- Lingüística: la forma en que cada persona se expresa, las palabras que utiliza, el significado que tienen para él o ella, cómo influyen en otras personas y en el que las dice. En esto, la PNL, reconoce que la comunicación verbal es apenas una pequeña parte de la comunicación.
En resumen la PNL trata de la forma en que por medio de nuestros sentidos percibimos las experiencias que vivimos del exterior y de cómo las procesamos subjetivamente por medio de nuestro pensamiento. Y de la forma en que estructuramos nuestros pensamientos para lograr nuestros objetivos.
Cada vez que aparece alguien de éxito parece que una y otra vez han seguido los mismos pasos para conseguirlo ya que no sólo saben perfectamente lo que quieren sino que han trazado los pasos para lograrlo. Son personas organizadas que parece que conocen a la perfección el modo de conseguir sus objetivos, tienen hecho un plan y manejan de un modo admirable todos los recursos con los que cuentan.
De acuerdo con el Dr. Harry Alder en su libro de PNL existen cuatro pasos indispensables en la consecución de objetivos los cuales son los siguientes:
1. Definir lo que se quiere
Todas las personas que han alcanzado el éxito han empezado por trazar un mapa o guía que los llevó al momento en el que se encuentran ahora. Es imposible llegar al éxito por casualidad o por buena suerte. Lo que se debe hacer es un poco de retrospección interna para decidir cuáles son nuestras metas a corto, medio y largo plazo. Hay que reflexionar detenidamente estas metas para que no se contrapongan unas con otras, cosa que resultaría contraproducente y más aún que sean metas reales.
Muchas veces pensamos que tenemos una meta, pero en realidad en el fondo no es lo que queremos. Definir lo que queremos y tenerlo siempre en mente ayuda a que en el transcurso de los días seamos congruentes con nuestras acciones para lograr dichos objetivos.
Un ejemplo de esto puede ser. “Quiero un nuevo empleo” Una definición así puede ser vaga, pero si reflexionamos sobre ¿Qué características estoy buscando en ese nuevo empleo? Tal vez mejor remunerado, una posición de mayores retos, físicamente más cerca de mi casa que el empleo actual, con más posibilidades de ascenso, fuera de la ciudad etcétera... Ya estamos siendo más específicos.
2. Entrar en acción
El logro de objetivos es el resultado de la planificación para llevarlos a cabo. Hacer una lista de nuestras metas e ir desglosándola en metas más pequeñas es una herramienta muy útil para conseguirlas. Esto aparte de darnos una guía más clara de hacia dónde vamos y en qué punto nos encontramos, ayuda también a no desmoralizarnos cuando vemos que no hemos avanzado o que hemos avanzado muy lentamente. Muchas veces conseguir los objetivos secundarios puede llevar más tiempo del esperado por factores externos a nosotros, sin embargo, el tener estas metas siempre en mente nos ayuda a ver las oportunidades en el momento que aparecen, cosa que de otro modo nos parecerían inadvertidas.
En el ejemplo anterior la meta final es conseguir un nuevo empleo, y para conseguir ese nuevo empleo que estamos buscando podemos planear nuestra estrategia: Paso uno: Redactar un currículum impactante. Paso dos: Hacer el currículum en inglés. Paso tres: Decidir quiénes van a ser mis referencias. Paso cuatro: Averiguar las mejores bolsas de búsqueda de empleo del país, tanto en internet como en Head hunters del interior del país, así como buscar los periódicos más prestigiosos en búsqueda de empleo. Paso cinco: Conseguir del directorio telefónico las 200 empresas a las que me gustaría entrar a trabajar y averiguar quién es el encargado de Recursos Humanos. Paso Seis: Empezar a mandar currículums tanto a los head hunters, como a las Bolsas de Trabajo en Internet y en Prensa. Mandar por lo menos diez diarios. Paso siete: Contactar directamente con las personas de Recursos Humanos de las empresas en las que me interesé. Llamar por lo menos a diez empresas diarias. Paso ocho: Practicar por anticipado mi desempeño en las entrevistas y no llegar a improvisar en las mismas.
3. Aprender a reconocer los resultados de lo que hacemos
Esta es una manera de comparar la realidad con lo planeado. Muchas veces nos encasillamos tanto en los pasos a seguir que no nos percatamos de que lo que estamos haciendo, no sólo es totalmente diferente a lo que se planeó originalmente sino que no estamos recibiendo los resultados esperados.
En el caso anterior, podemos ver que algunos de los métodos que estamos utilizando no nos están funcionando bien. Por ejemplo, en determinada bolsa de trabajo por Internet nos están llamando para puestos de niveles mucho más bajos de lo que estamos solicitando. Por otro lado hemos visto que el hecho de comentar con amigos y familiares que estamos en búsqueda de empleo nos ha dado más entrevistas que los otros métodos.
4. Estar preparado para hacer cambios
Cuando recibimos retroalimentación negativa del exterior sobre lo que estamos haciendo lo más sensato es hacer los cambios pertinentes para lograr la meta planeada. De nada sirve aferrarnos a nuestro plan inicial si no está funcionando. El hecho de cometer errores o haber planeado mal no debe desmoralizarnos, al contrario, estamos obteniendo experiencia muy valiosa para llegar a los resultados deseados.
Como mencionamos en el ejemplo anterior. Si un método de búsqueda no nos está funcionando, aunque nos hayan dicho maravillas del mismo, no tenemos porqué seguir utilizándolo. Por otro lado, podemos incorporar en nuestra lista de pasos a seguir hacer el networking (establecer contactos con familiares y amigos) necesario para conseguir la mayor cantidad de entrevistas. Podemos cambiar la búsqueda por Internet, por la nueva acción de establecer contacto con por lo menos cinco conocidos diariamente. Así como reactivar lo máximo nuestra vida social.
Al llevar a cabo estos pasos, debemos prestarle a cada uno de ellos la atención necesaria y no saltarnos ninguno por sencillo que esto parezca. Tampoco es aconsejable aferrarse a un método en particular, por miedo a experimentar, si éste no nos está dando los resultados deseados. Otra cosa que es totalmente válida es cambiar de meta a la mitad del proceso. No temas echar por la borda el trabajo realizado si ya no está dentro de tus metas. Ejemplo: recibes un ascenso en tu trabajo o te reubican a una posición más favorable. No importa que en el último momento decidas que ya no quieres buscar trabajo.
Recuerda que tus metas están para satisfacer tus necesidades y no al revés.
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